Política respecto del uso de la Inteligencia Artificial
La Revista CENTRA de Ciencias Sociales considera que el recurso a la Inteligencia Artificial (IA) en la investigación científica y en la redacción de textos es una herramienta innovadora que supone un apoyo significativo para los investigadores en su trabajo como científicos y académicos.
No obstante lo anterior, conforme a las recomendaciones formuladas por el por el Committee on Publication Ethics (COPE) y publicadas en su página Web (http://publicationethics.org), es necesario aclarar y precisar que dicho uso debe realizarse siempre de manera cautelosa y responsable.
De esta manera, en ningún caso el uso de la Inteligencia Artificial en la redacción de textos alcanzará a la totalidad o la mayor parte del documento remitido a la revista. Aquellos resultados o partes parciales obtenidas con su ayuda no deberán asumirse sin más, sino que deberán ser cotejados, corregidos y mejorados en su formulación por los autores.
A estos efectos, el uso de la Inteligencia Artificial no puede considerarse como un autor del texto. De esta manera, cuando el resultado sea un argumento o conclusión obtenida gracias la IA, la referencia deberá citarse al final del argumento y ubicarse en el orden correspondiente en las referencias bibliográficas, indicando el nombre comercial concreto de la IA en cuestión utilizada, conforme a las pautas ya establecidos por la APA -por ejemplo: OpenAI (2025)…..-. Cuando se trate de algún resultado obtenido o generado con esta misma herramienta durante la fase de investigación o redacción, dicha referencia deberá figurar a pie del gráfico, figura o tabla.
En aras del cumplimiento del principio ético de transparencia de las publicaciones científicas en general, y de la Declaración ética de nuestra revista en particular, cualquier tipo de uso de la IA, por pequeño que sea, deberá ser explicitado al final del texto remitido. En concreto, antes del listado bibliográfico y junto al resto de informaciones sobre las fuentes de financiación o cualquier otra circunstancia personal o contextual que haya afectado al proceso de redacción del texto y a la investigación vinculada. En dicha nota deberá declararse los prompts utilizados en el uso concreto de la IA, es decir, el conjunto de instrucciones suministradas a la IA con el fin de que desarrolle cada tarea concreta. Deberá elaborarse una nota diferente por cada uso específico que se haya hecho de la IA. Y todo ello sin perjuicio o incumplimiento de lo también señalado como obligatorio en el párrafo anterior para argumentos, conclusiones o elaboración de gráficos, figuras o tablas.
Cualquier conducta deshonesta en el uso de la inteligencia artificial por parte del autor supondrá una práctica considerada como fraude o plagio y, como tal, se le aplicarán las mismas medidas contempladas en el epígrafe de Política ante malas praxis y detección de plagio, incluida la retractación del texto ya publicado o el rechazo a su publicación si todavía estuviera en alguna de las fases de evaluación editorial, evaluación externa, edición o maquetación.
Por lo que hace a los procedimientos de evaluación, se considera que la IA también es una herramienta que puede mejorar el trabajo de los evaluadores al sintetizar y esquematizar los contenidos del texto sometido a evaluación, constatar omisiones bibliográficas, así como proponer argumentos de crítica u organizar la propia estructura de la evaluación.
No obstante lo cual, la singularidad del trabajo de evaluación no puede restringirse en su totalidad, o en sus aspectos más básicos de argumentos y juicios formulados, a los resultados generados por un programa de IA. El juicio humano propio y diferenciado es un requisito obligatorio en toda evaluación, por lo que así será exigido al evaluador.
Por otro lado, el evaluador debe ser consciente que el uso de la IA pudiera suponer la posible transgresión de la confidencialidad, que afecta a los datos de los autores y a la propiedad intelectual de sus textos, dados los fundamentos del trabajo de la IA a partir de la información suministrada por sus usuarios, por lo que deberá tomar aquellas medidas que impidan poner en riesgo la privacidad de la información suministrada por la revista para llevar a cabo la evaluación.
Los evaluadores que recurran a esta herramienta para desarrollar su tarea están obligados a declararlo y detallarlo en el correspondiente formulario de la revista en el que han realizado la evaluación.
Ante cualquier indicio contrastado de conducta deshonesta en el uso de la IA por parte del evaluador, se procederá a anular la evaluación realizada, se le excluirá de su consideración como evaluador en el futuro, así como de la posibilidad de publicar como autor en la revista o en las distintas colecciones de libros adscritas a la Fundación CENTRA.