Revista CENTRA de Ciencias Sociales
| Julio-diciembre 2025 | vol. 4 | núm. 2 | pp. 209-214

ISSN: 2951-6641 (papel) 2951-8156 (en línea)

https://doi.org/10.54790/rccs.141

P. Rodríguez-Modroño (coord.). Desigualdades de género en las plataformas digitales de trabajo. Sevilla: Fundación Centro de Estudios Andaluces, 2024

Rafael Ibáñez Rojo

Universidad Autónoma de Madrid, España

rafael.ibanez@uam.es



La expansión de las plataformas digitales ha reconfigurado de forma sustancial las lógicas de organización del trabajo, transformando una parte significativa de las relaciones laborales, de las condiciones de empleo y de los marcos normativos que institucionalizan la relación salarial. Esta transformación, lejos de ser neutral, se inscribe en estructuras sociales preexistentes que producen y reproducen desigualdades, entre ellas las de género (Eubanks, 2021). El análisis de estas mutaciones en el trabajo es el objetivo central de esta obra, que reúne una serie de capítulos que, si bien conservan una relativa autonomía, comparten una mirada común: la necesidad de analizar cómo las plataformas digitales no solo reproducen, sino que también intensifican formas históricas de precarización laboral, especialmente en sectores altamente feminizados como los cuidados o la limpieza. Desde una perspectiva interseccional, los diferentes capítulos examinan la forma en que las relaciones de género se entrecruzan con otras dimensiones de la desigualdad, como la clase o el estatus migratorio, mostrando cómo estas plataformas actúan como nuevos dispositivos de segmentación y explotación laboral.

El libro arranca ya desde el contexto de la última aceleración en el desarrollo de las plataformas que desencadenó la crisis del COVID. Y desde una mirada que ha abandonado la inocencia respecto a las posibilidades abiertas por la flexibilidad y la autonomía de las nuevas formas empresariales y de organización del trabajo (Shor, 2020). Desde la materialidad con la que se abordan los cambios en esta obra, podemos comprender cómo la economía de los datos basada en algoritmos se ha convertido en un nuevo espacio de rentabilización del capital, si bien es posible que tenga una vida (rentable) tan corta o limitada como las que han ido alimentado una dinámica económica de ciclos cada vez más cortos en las últimas décadas. Pues los análisis empíricos contendidos en este trabajo clarifican el carácter extractivo, basado en la intensificación del trabajo, de estas nuevas dinámicas y, por ello mismo, ayudan a hacer visibles los límites inherentes al tipo de relaciones sociales que generan y reproducen.

Desde los años ochenta del pasado siglo la sociedad occidental ha ido modificando sus discursos en torno a las nuevas tecnologías y la progresiva robotización y automatización de los procesos. Pero la perspectiva de género permite visibilizar y analizar uno de los límites sociales y materiales fundamentales de las idealizaciones inherentes a los discursos más habituales en torno a las nuevas tecnologías, el límite que impone el bienestar en los cuidados, ese conjunto de relaciones de sustento en las que las dinámicas habituales de descomposición de tareas y automatización han sido históricamente poco relevantes. Ya otros trabajos nos han hecho tomar conciencia de los límites ecológicos actuales de la inteligencia artificial (Crawford, 2025), sin embargo, desde el punto de vista de la relación salarial es pertinente enmarcar los cambios en la evolución de largo plazo, para mostrar también cómo el sueño de una producción automatizada ya estaba presente en la obra de Charles Babbage (Pasquinelli, 2023). Pero las dinámicas de control que dicha dinámica implica (Zuboff y Santos, 2020) adoptarán formas concretas, como siempre ha ocurrido en nuestra historia, según la resistencia que impongan los límites materiales y sociales a su desarrollo.

Por ello, frente a las perspectivas más idealistas centradas en el desarrollo de la inteligencia artificial, el hecho de considerar como objeto de análisis las plataformas digitales permite comprender de forma mucho más acertada el carácter de las relaciones materiales y sociales específicas que sostienen las nuevas formas de rentabilización del capital. En particular, tal y como se indica en uno de los capítulos del libro, la crisis social de los cuidados (con el conjunto de dinámicas de cambio familiar y cultural, evolución de las políticas públicas y procesos de privatización, etc.) ha fijado los amplios límites en los que se mueve la expansión del trabajo de plataformas en determinados servicios. Por otra parte, la perspectiva de género permite un análisis de las ambigüedades del impacto que cualquier nueva tecnología puede generar en función de las fracturas sociales sobre las que opera. De manera específica, toda «tecnología» aparentemente neutra genera un impacto diferencial sobre la estructura de la desigualdad, por lo que diferentes capítulos del libro abordan cómo la dinámica abstracta de la flexibilidad (que supuestamente favorece el trabajo a través de las plataformas) implica consecuencias muy diversas y contradictorias de cara a fortalecer o debilitar la posición de muchas mujeres trabajadoras. Podríamos tratar de sintetizar las tres cuestiones fundamentales que son abordadas en el conjunto de trabajos de esta obra colectiva:

1. El análisis de los efectos contradictorios que la supuesta flexibilidad que la economía de las plataformas introduce en la organización de los tiempos del trabajo. Desde perspectivas compartidas, las autoras del texto asumen que cualquier innovación y mutación en las dinámicas empresariales y del mercado de trabajo actúa sobre estructuras ya masculinizadas o feminizadas, y sus impactos deben ser analizados en cada caso concreto.

2. En segundo lugar, otro eje de análisis en el libro (central tan solo en algunos capítulos) es la evolución de la normativa jurídica y el esfuerzo de clasificación de las diferentes plataformas, subrayando la singularidad de las plataformas de cuidados, frente a las más conocidas, analizadas e incluso reguladas, plataformas de reparto y de transporte de pasajeros. En particular, es una intención explícita del libro tratar de superar el sesgo de género en los estudios sobre la uberización de la economía, al separar el trabajo de plataforma que se realiza en lugares concretos (normalmente domicilios del cliente) frente al trabajo móvil (de entregas a domicilio o transporte) y el trabajo completamente en línea.

3. Y, sobre todo, de forma complementaria a través de varios capítulos, el libro contribuye a explicar las consecuencias y los límites específicos con los que opera la economía de las plataformas al enfrentarse con ese espacio no computable del cuidado y del sustento humano que tiene que ver con lo afectivo y lo emocional. Las autoras muestran cómo en el sector de cuidados, una supuesta descualificación y falta de profesionalidad, junto con la frecuente indefinición de los límites de las tareas (por ejemplo, entre la limpieza y el cuidado), contribuye a intensificar la carga de trabajo y a colocar a las trabajadoras en un lugar muy débil para negociar y controlar sus condiciones de trabajo.

El volumen se estructura en seis capítulos, precedidos por una introducción a cargo de las editoras, que enmarca el objeto del libro en los debates actuales sobre economía de plataformas y género.

Es quizá el primer capítulo (elaborado por Julia Espinosa-Fajardo, Paula Rodríguez-Modroño y Purificación López-Igual) el más singular dentro del conjunto, pues se trata de un análisis de contenido de las iniciativas parlamentarias relativas a la revolución industrial 4.0 durante las legislaturas XIV (2019-2023) y XII (2016-2019). En total, las autoras identifican 48 documentos, tomados como base para un estudio exploratorio orientado a identificar la incorporación progresiva en la agenda política de las problemáticas más relevantes ligadas al impacto en las relaciones de género de las dinámicas generales de la digitalización. El capítulo denuncia la falta de un diagnóstico riguroso, de una agenda incapaz de anticipar los cambios y de elaborar medidas específicas que aborden la precariedad estructural y la feminización de ciertos sectores.

El segundo capítulo, escrito por Francisca Pereyra y Ariela Micha, analiza el acceso de las mujeres a trabajos tradicionalmente masculinizados, como el reparto y el transporte urbano, a través de plataformas activas en la ciudad de Buenos Aires como Uber, Rappi o Glovo. Frente al resto de contribuciones del libro, centradas en el trabajo doméstico y de cuidado, las autoras abordan aquí la tensión entre la promoción de la «autonomía» y el «emprendimiento» en servicios muy masculinizados, y las prácticas cotidianas de discriminación y violencia de las que son objeto la minoría de mujeres que participa en ellos. El análisis realizado se nutre de una investigación empírica de largo recorrido, donde se han combinado la realización de 70 entrevistas y el análisis de los datos de una encuesta con una muestra de 750 casos (300 de trabajadores de reparto y 450 de conductores de Uber, incluyendo en ambos casos una cuota intencional de 150 mujeres).

El tercer capítulo, redactado por Meike Brodersen, Anastasia Joukovsky, Elief Vandevenne y Jens Doms, analiza el caso de las plataformas de trabajo doméstico en Bélgica. El capítulo pone especial atención en las estrategias de formalización parcial promovidas por algunas plataformas que, si bien ofrecen ciertos derechos laborales, continúan reproduciendo una situación de subordinación y escaso poder negociador. El capítulo se nutre, como en el caso anterior, de la realización de 39 entrevistas (dos tercios de ellas a mujeres) a trabajadores y trabajadoras de plataformas de servicios a domicilio, incorporando situaciones con diferentes niveles de dependencia y con una mayor heterogeneidad en los sectores investigados. Las entrevistas realizadas revelan que las tareas más feminizadas se siguen realizando en un marco que proyecta informalidad y reciprocidad, y que amplifica habitualmente los espacios de incertidumbre sobre las expectativas vinculadas a cada relación, en un contexto que habitualmente perjudica a la trabajadora. En el trabajo doméstico y de cuidados el trabajo suele alargarse, expandirse en varios sentidos, desdibujándose sus fronteras, exigiendo disponibilidad afectiva, dificultando la capacidad negociadora de la trabajadora (pues accede a espacios íntimos y personales) y facilitando así incrementos en la intensidad del trabajo.

El cuarto capítulo, elaborado por Paula Rodríguez-Modroño, Astrid Agenjo Calderón y Purificación López-Igual, busca avanzar en el conocimiento de la feminización y racialización del trabajo de las plataformas de cuidades y servicios domésticos. El capítulo arranca con un esfuerzo por clasificar e identificar las diferentes formas de intermediación y sus consecuencias, desde un Marketplace (que solamente pone en contacto trabajadora y cliente a cambio de una tarifa) a las plataformas bajo demanda y aquellas otras que funcionan como agencias digitales de colocación. Al margen de las diferencias entre unas y otras, el trabajo constata cómo la capacidad expansiva de las plataformas las ha hecho capaces de construir un contexto en el que resulta muy difícil trabajar al margen de ellas. Las diferencias entre unas y otras plataformas es en parte un reflejo del funcionamiento y uso social habitual de cualquier algoritmo. Orientado al ahorro de costes, el algoritmo se utiliza de forma sistemática para los espacios más masivos y subordinados (tanto desde el punto de vista de las trabajadoras como de los clientes), mientras que los servicios de élite siempre seguirán lógicas más personalizadas y filtros «humanos» que garanticen información de calidad en los procesos de selección (O’Neil, 2017). Así, las plataformas especializadas en servicios puntuales (Cleanzy, Clintu, Domestico24, MyPoppins) exigen requisitos mínimos y no suelen realizar ni siquiera entrevista personal a las trabajadoras, de la misma forma que permiten funcionar con informalidad máxima, sin contratación, etc.

El capítulo quinto, escrito por Olivia Blanchard, complementa al anterior al centrarse en las condiciones laborales de las trabajadoras que prestan cuidados a domicilio mediante plataformas. Se analiza el perfil de las trabajadoras (en su mayoría mujeres migrantes, muchas en situación irregular) y se describen las formas de precariedad que se reproducen: extensión de jornadas, bajos salarios, inestabilidad contractual y escasa protección social. Se destaca que la digitalización no ha supuesto una mejora en las condiciones laborales, sino más bien una racionalización de la precariedad. A pesar del discurso de la «flexibilidad» y la «autonomía», las plataformas imponen condiciones unilaterales, establecen jerarquías invisibles y refuerzan la informalidad estructural del sector. El capítulo constata la evidencia sobre el perfil feminizado del sector con los datos oficiales de la Seguridad Social, así como el elevado porcentaje de población extranjera. Y subraya la singularidad del caso español, pues diferentes estudios indican que es uno de los países con mayor porcentaje de trabajadores de plataforma, donde parece haberse instalado un modelo «low cost» de asistencia domiciliaria que resulta coherente con un Estado muy débil en su capacidad de intervención.

Finalmente, el último capítulo, escrito por Irene Galí Magallón, adopta una perspectiva laboralista y analiza la problemática de las plataformas Clintu y MyPoppins desde el punto de vista jurídico, estableciendo un paralelismo con la problemática jurídica que plantearon los riders a los órganos jurisdiccionales. El trabajo repasa jurisprudencia reciente y retoma las cuestiones de la fijación de horarios, de las tarifas y de la comunicación con el cliente para mostrar la ausencia de autonomía de las trabajadoras de estas plataformas. Algo que confirman también los mecanismos de control (como las formas telemáticas de «fichar») y de fijación de las retribuciones.

Junto con toda la información derivada de la riqueza del material empírico que aportan varios capítulos del libro, este trabajo tiene el potencial de alimentar el debate y las políticas públicas orientadas a regular este nuevo ecosistema laboral. En un momento en que las plataformas se consolidan como actores económicos de primer orden, este tipo de análisis resulta imprescindible para comprender las transformaciones en curso y sus efectos diferenciales sobre las trabajadoras. En este sentido, el análisis de las relaciones entre las desigualdades de género y las nuevas formas de organización laboral resulta especialmente fértil, y permite observar tanto los efectos negativos como algunas posibilidades emergentes en sectores como el del reparto o la conducción.

Bibliografía

Crawford, K. (2025). Atlas de IA: Poder, política y costes planetarios de la inteligencia artificial (3ª ed.). Ned Ediciones.

Eubanks, V. (2021). La automatización de la desigualdad: Herramientas de tecnología avanzada para supervisar y castigar a los pobres (2ª ed.). Capitán Swing.

O’Neil, C. (2017). Armas de destrucción matemática: Cómo el big data aumenta la desigualdad y amenaza la democracia. Capitán Swing.

Pasquinelli, M. (2023). The eye of the master: A social history of artificial intelligence. Verso.

Schor, J. (2020). After the gig: How the sharing economy got hijacked and how to win it back. University of California Press.

Zuboff, S. y Santos, A. (2020). La era del capitalismo de la vigilancia: La lucha por un futuro humano frente a las nuevas fronteras del poder. Paidós.