Revista CENTRA de Ciencias Sociales
| Enero-junio 2025 | vol. 4 | núm. 1 | pp. 139-164

ISSN: 2951-6641 (papel) 2951-8156 (en línea)

debate/debate: La polarización política. Un enfoque multidimensional/
The Political Polarization. A Multidimensional Approach

https://doi.org/10.54790/rccs.119

Batallas culturales, posicionamientos GAL/TAN y polarización afectiva en España

Culture Wars, GAL/TAN Positioning and Affective Polarization in Spain

Alberto Mora Rodríguez

Universidad de Murcia, España

alberto.mora@um.es

José Miguel Rojo Martínez

Universidad de Murcia, España

josemiguel.rojo@um.es

Alejandro Soler Contreras

Universidad de Murcia, España

alejandro.solerc@um.es

Recibido/Received: 16/9/2024

Aceptado/Accepted: 28/10/2024

Resumen

Este artículo analiza la dimensión GAL/TAN (Green-Alternative-Libertarian vs. Traditional-Authoritarian-Nationalist) y sus implicaciones para la polarización sociocultural y las nuevas agendas políticas. Con un enfoque estrictamente cuantitativo, basado en datos de encuestas realizadas a electores españoles, se examinan los posicionamientos en temas como feminismo, ecologismo, inmigración y violencia de género. El objetivo es identificar las variables que influyen en estos posicionamientos y su impacto en los niveles de polarización afectiva. Los resultados indican que los temas vinculados al eje GAL/TAN potencian las divisiones socioculturales y favorecen un aumento de la hostilidad entre grupos partidistas. Por otro lado, la influencia de la edad y del sexo en los posicionamientos GAL/TAN muestra cómo las batallas culturales se configuran esencialmente como conflictos generacionales y de género. Este trabajo contribuye al debate general sobre la dimensión GAL/TAN, aportando evidencia empírica para el caso español y destacando cómo estos asuntos, al ganar protagonismo, intensifican la división política y social.

palabras clave: polarización afectiva; GAL/TAN; ideología; posmaterialismo; batallas culturales; polarización temática.

cómo citar: Mora Rodríguez, A., Rojo Martínez, J. M. y Soler Contreras, A. (2025). Batallas culturales, posicionamientos GAL/TAN y polarización afectiva en España. Revista Centra de Ciencias Sociales, 4(1), 139-164. https://doi.org/10.54790/rccs.119

English version can be read on https://doi.org/10.54790/rccs.119

Abstract

This article examines the GAL/TAN dimension (Green-Alternative-Libertarian vs. Traditional-Authoritarian-Nationalist) and its implications for sociocultural polarization and emerging political agendas. Using a strictly quantitative approach, based on survey data from Spanish voters, it analyzes positions on issues such as feminism, environmentalism, immigration, and gender-based violence. The objective is to identify the variables influencing these positions and their impact on levels of affective polarization. The findings suggest that topics associated with the GAL/TAN axis exacerbate sociocultural divisions and contribute to heightened hostility between partisan groups. Furthermore, the role of age and gender in shaping GAL/TAN positions shows how cultural conflicts are essentially configured along generational and gender lines. This study contributes to the broader debate on the GAL/TAN dimension by offering empirical evidence from the Spanish case, underscoring how these issues, as they gain prominence, intensify political and social divides.

keywords: affective polarization; GAL/TAN; ideology; post-materialism; culture wars; issue polarization.

1. Introducción

A lo largo de las últimas décadas, los procesos de diferenciación y contraste entre los partidos políticos de las principales democracias occidentales han ido incorporando elementos de corte posmaterialista1 que generan batallas culturales e identitarias como respuesta a un nuevo orden de valores (Inglehart y Abramson, 1999; Guth y Nelsen, 2021; Blumberg, 2024). En contextos de bienestar y altos niveles de desarrollo, se aminora la posibilidad de establecer grandes conflictos programáticos en el campo económico, porque a su vez estos asuntos preocupan menos —o no en forma de necesidad perentoria— a una clase trabajadora más fragmentada en cuanto a su estatus e intereses. De igual forma, la cobertura generalizada de las necesidades básicas incorpora nuevas preocupaciones no materiales a la agenda pública —especialmente vigentes en época de bonanza—, al mismo tiempo que los debates económicos pasan a tratar cuestiones cada vez más complejas y técnicas, propias del capitalismo financiero, que adquieren una significación ideológica ambigua. Resulta con frecuencia difícil trazar líneas identitario-simbólicas en torno a ciertas decisiones o posturas económicas siendo, por el contrario, menos complicado distinguir qué es de izquierdas o de derechas en lo cultural. La política económica adquiere un elevado nivel de sofisticación, mientras que los temas culturales son más cómodos de procesar y permiten ofrecer respuestas más simples en las que con mayor claridad pueden operar diferentes atajos cognitivos de origen grupal o moral (Johnston y Wronski, 2015).

En este contexto, junto a los clásicos partidos laboristas y conservadores, reflejo del conflicto capital/trabajo, aparecen —con mayor o menor éxito— formaciones ecologistas y de la Nueva Izquierda —inspiradas por los posicionamientos posmarxistas de la Escuela de Fráncfort—, pero también movimientos de corte autoritario que navegan desde el posfascismo hasta la derecha radical y que reaccionan contra el avance del feminismo, el multiculturalismo o los derechos de la comunidad LGTBIQ+ (Kitschelt, 1988; Weeks y Allen, 2023). En consecuencia, la competición partidista propia de las sociedades posindustriales abandona la unidimensionalidad vinculada a la lógica económico-distributiva y se hace necesario considerar el posicionamiento en torno a nuevos valores culturales posmaterialistas como factor decisivo para la clasificación ideológica (Abou-Chadi y Wagner, 2019). Surge entonces un nuevo clivaje trasnacional en torno a dos posicionamientos de base cultural: el polo TAN —tradicionalistas-autoritarios-nacionalistas— y el polo GAL —verdes-alternativos-libertarios— (Bayerlein, 2021; Crulli, 2023). Algunos autores afirman que, en las economías más desarrolladas, los valores GAL/TAN, dentro de la lógica posmaterialista (GAL)/materialista (TAN), juegan ya un papel determinante a la hora de explicar el comportamiento político (Henn, Oldfield y Hart, 2018; Norris e Inglehart, 2019).

Pero no solo es que los asuntos culturales estén protagonizando cada vez más la agenda política o que sean altamente relevantes para comprender el significado operativo contemporáneo de los términos izquierda y derecha (Smith y Boas, 2024; Kriesi et al., 2006). También están ejerciendo una influencia destacada en el clima de polarización afectiva. En las investigaciones recientes sobre las causas de la creciente polarización afectiva que divide a nuestras sociedades democráticas, se plantea de forma recurrente hasta qué punto ciertos temas o políticas contribuyen de una forma más decisiva a incrementar la hostilidad interpartidista (Han, 2023). Esta inquietud ha sido respondida señalando con un amplio nivel de consenso cómo los asuntos de base cultural, que tienen notables connotaciones morales e identitarias, provocan mayores tensiones afectivas (Harteveld, 2021; Gidron, Adamas y Horne, 2023). Los temas culturales, a diferencia de los vinculados con el campo económico, redirigen a convicciones profundas de grupos específicos dotadas de una alta carga simbólica (Ryan, 2023). Al desafiar valores arraigados o estilos de vida, estos asuntos impactan en el corazón de la identidad personal y promueven una implicación más emocional de los ciudadanos en la contienda política iniciada para proteger las creencias del endogrupo dentro de un paradigma de moralización de las actitudes (D’Amore, Van Zomeren y Koudenburg, 2022). Cuando se trata de resolver problemas económicos, los votantes aplican un enfoque más práctico y racional, en búsqueda de su beneficio, pero, por el contrario, los conflictos culturales promueven diferencias más irreconciliables (incompatibilidad de cosmovisiones) que afectan a la posición del endogrupo y a la propia autoestima (Han, 2023).

A pesar de que el debate sobre el impacto de las batallas culturales en la competición política dentro de las economías posindustriales es intenso, no existen demasiadas evidencias al respecto en España, un país cuyos persistentes problemas económicos —incluyendo intensos episodios de recesión con importantes consecuencias sobre el mercado de trabajo— han podido moderar el protagonismo de los debates posmaterialistas. Sin perjuicio de esta matización, a lo largo de este artículo analizaremos el posicionamiento de los electores españoles en diferentes temas —feminismo, ecologismo, inmigración y violencia de género— vinculados al eje GAL/TAN, qué variables influyen en dicho posicionamiento y cómo estos asuntos pueden condicionar los niveles de polarización afectiva. En conjunto, presentamos una radiografía sobre algunas de las principales batallas culturales que dominan la agenda política en España y su contribución al clima de enfrentamiento entre los diferentes grupos partidistas.

2. Perspectivas teóricas

2.1. Sobre la dimensión GAL/TAN y sus implicaciones: polarización sociocultural y nuevas agendas

La dimensión ideológica GAL/TAN comenzó a ser usada a principios de siglo por autores como Hooghe et al. (2002) para explicar las opiniones de los ciudadanos en materia de integración europea. Estos autores observaron que las puntuaciones en la escala GAL/TAN eran más relevantes a la hora de predecir variaciones en la opinión sobre la integración europea que la ubicación izquierda-derecha, lo que abría la puerta a nuevos modelos analíticos. Se evidenció, consecuentemente, cómo la división ideológica GAL/TAN se encontraba profundamente vinculada con el proceso de globalización, ya que no solo enfrentaba a libertarios con tradicionalistas, sino también a cosmopolitas con comunitaristas (Bornschier, 2010; Wagner et al., 2018). Así pues, se fue consolidando una nueva dimensión de la competición política que se vinculaba a cuestiones como el ecologismo, la diversidad cultural, la inmigración o los estilos de vida.

Se trataba de un conflicto entre posmaterialistas y materialistas que se veía claramente reflejado al enfrentar los proyectos progresistas con el tradicionalismo nacionalista de la derecha radical situada en el polo TAN, que en muchas ocasiones asumía también postulados populistas (Charron, Lapuente y Rodríguez-Pose, 2022). En consecuencia, la escala ideológica construida en torno a los polos GAL/TAN fue concebida para representar un conflicto de naturaleza sociocultural que puede no coincidir con los valores de los individuos en relación al funcionamiento de la economía, razón por la cual se prefieren utilizar para su medición cuestiones como las actitudes hacia la inmigración, las minorías sexuales, la protección del medio ambiente o los valores religiosos (Kekkonen, Kawecki y Himmelroos, 2024). El posicionamiento en torno a estos temas trasladaba un nuevo clivaje impulsado por cambios sociodemográficos que afectaban a la composición de las comunidades políticas, entre los que cabe destacar la intensificación de los flujos migratorios con el consiguiente aumento de la diversidad étnica, el incremento del nivel educativo o la extensión de los contrastes generacionales al convivir en un mismo espacio personas cada vez más distanciadas en edad (Ford y Jennings, 2020). Especial acento se ha puesto en el impacto del nivel educativo sobre las divisiones socioculturales, al constatarse que los votantes con visiones más posmaterialistas o pro-GAL tienen por lo general mayor nivel de titulación que los votantes pro-TAN (Hooghe, Marks y Kamphorst, 2024). Otros estudios comprueban que las personas LGTBIQ+, los jóvenes y las mujeres son más proclives a valores cosmopolitas y opciones GAL (Montero y Torcal, 1995; Hooghe y Marks, 2022).

Partiendo de este debate, se propone el concepto de izquierda cultural (representada por el polo GAL) y de derecha cultural (representada por el polo TAN), superando así la semántica general izquierda-derecha más propia del campo económico (Rovny et al., 2022). Esto plantea una nueva realidad bidimensional, según la cual puede haber individuos altamente favorables a la regulación estatal de la economía o a la provisión de bienes básicos por parte del Estado, pero que rechazan el multiculturalismo, la pérdida de soberanía nacional o se muestran escépticos con las reivindicaciones del feminismo, entre otros asuntos. Por cuanto estos electores serían —en términos populares— «de derechas en lo social y de izquierdas en lo económico», se hace necesario contemplar nuevas coordenadas de clasificación ideológica2. Ahora bien, no podemos ser ajenos a las limitaciones de este argumento, es decir, a las pruebas que vendrían a sostener que los individuos situados en la derecha cultural son, por lo general, también individuos situados en la derecha económica, por lo que no tendría demasiado sentido sostener la hipótesis de la bidimensionalidad. Según recogen García Sanz, Llamazares y Manrique García (2018, pp. 3-4), la correlación entre las posiciones de los partidos en la dimensión GAL/TAN, en la dimensión económica y en la ubicación general izquierda-derecha es de 0,89 en España e incluso es superior en otros países europeos como Francia e Italia. Este argumento se refuerza con los gráficos 1 y 2, elaborados a partir de la Chapel Hill Expert Survey (CHES), tanto para nuestro país como para buena parte de los países de la Unión Europea. No sucede lo mismo en las democracias escandinavas, donde se acreditan niveles de correlación inferiores al 0,30 entre el posicionamiento izquierda-derecha y el GAL/TAN (Polk et al., 2017). Esto puede explicar por qué el mayor interés académico sobre el impacto de la dimensión GAL/TAN se ha producido en estos países, que son a su vez entornos caracterizados por altos niveles de riqueza y bienestar social.

Gráfico 1
Posicionamiento de las familias políticas en las escalas GAL/TAN e ideología izquierda-derecha (2019)

Nota: el gráfico incluye a todos los partidos políticos de los Estados miembros de la UE en 2019, junto a Noruega, Suiza y Turquía.

Fuente: CHES, 2019.

Gráfico 2
Posicionamiento de los cuatro principales partidos políticos en España en las escalas GAL/TAN e ideología izquierda-derecha (2019)

Fuente: elaboración propia a partir de CHES, 2019.

Más allá del debate sobre la bidimensionalidad del eje ideológico, sí existe un mayor consenso a la hora de evidenciar cómo los temas que se conectan con batallas culturales o valores posmaterialistas, y que por tanto pueden situarse en la tensión GAL/TAN, tienen una mayor capacidad para generar polarización. Incluso si aceptamos que el posicionamiento sobre estos temas refleja el clásico conflicto izquierda-derecha y no un nuevo orden de competición, lo que también parece claro es que, cuando este tipo de asuntos protagonizan la agenda, los niveles de tensión y enfrentamiento son mayores que si se presenta un debate económico. Por ejemplo, Kawecki (2022) expone cómo la polarización afectiva creció en Finlandia a medida que la dimensión GAL/TAN fue teniendo mayor protagonismo en la agenda. En una línea similar, Kekkonen, Kawecki y Himmelroos (2024) encuentran que los valores extremos en el eje GAL/TAN constituyen un predictor de la polarización afectiva tan fuerte como el extremismo ideológico medido a través de la dicotomía izquierda-derecha, pero solo en la última década. Asimismo, Björkstedt y Herne (2023) argumentan que los electores que apoyan a partidos situados en los extremos del eje GAL/TAN tienen personalidades y perfiles psicológicos diferentes, lo que incrementa la polarización entre ellos. Más recientemente, Dassonneville et al. (2024) constataron una gran división entre los partidos TAN y el resto de partidos en Europa occidental, así como una singular polarización entre este tipo de partidos y las formaciones verdes.

La consideración del eje GAL/TAN como predictor de la polarización afectiva ha ido ganando relevancia en la literatura académica, especialmente a partir de evidencias centradas en democracias europeas (Kekkonen e Ylä-Anttila, 2021; Vachudova, 2021). Los discursos de reacción cultural tratan de disputar la hegemonía a las fuerzas progresistas, que promueven cambios en aspectos tan dispares de nuestras vidas como la alimentación, los roles de género, la concepción de la familia, la secularización o la acogida de refugiados. Ambos lados se sienten amenazados por sus contrarios en un debate que tiende a la abstracción y a la contraposición de valores difícilmente negociables. Estos debates terminan con una reflexión general sobre el modelo de sociedad al que se aspira, es decir, sobre quiénes somos o quiénes queremos ser, así como sobre los estilos de vida y conductas que deben considerarse comúnmente aceptables. Esta disyuntiva ontológica promueve la hostilidad afectiva hacia los exogrupos, que cada vez están más distanciados en sus estilos de vida, gustos y visiones normativas sobre el mundo (Ollroge y Sawert, 2022). La política se vuelve un reflejo de diferentes tendencias de segregación social, lo que incluso promueve la existencia de órdenes cognitivos enfrentados. En definitiva, lo político afecta cada vez más al ámbito personal y a las creencias más íntimas de los individuos, dejando a un lado las políticas menos apasionadas o de contenido más técnico (Rojo y Crespo, 2023).

2.2. Las batallas culturales en la España contemporánea

En 1991 vio la luz el libro de James Hunter Culture Wars: The Struggle to Define America, convirtiéndose en el estudio de referencia sobre batallas culturales. Esta obra relata con precisión y sustrato gramsciano cómo la oposición moral entre ortodoxia y progresismo se estaba convirtiendo en el principal elemento de división sociopolítica en los Estados Unidos. Esta gran batalla se concretaba en asuntos como el aborto, el tipo de contenidos que debían impartirse en las escuelas o la concepción de la autoridad. Al preguntarnos por la posición de los españoles en diferentes temas ubicados en el eje GAL/TAN o que podrían ser considerados como reflejo de nuevos valores posmaterialistas, resulta indispensable realizar una mínima reflexión sobre el alcance de las batallas culturales en nuestro país. En España, hablar de conflicto cultural nos redirige a momentos clave de nuestra historia donde se enfrentaron dos visiones del mundo radicalmente distintas (modernidad vs. tradición), como es el caso de la Guerra Civil (Bericat Alastuey, 2003). En estos momentos siempre ha estado presente la contraposición de posturas sobre la religión, los derechos civiles o la plurinacionalidad, cuestiones que permanecen en la actualidad junto a otras surgidas de la globalización o de los nuevos movimientos sociales (NMS).

Ya a finales del siglo pasado, Montero y Torcal (1995) detectaron el cambio cultural que se estaba produciendo en el país, con un descenso notable de los perfiles materialistas y una canalización de los valores posmaterialistas de las cohortes más jóvenes a través de la coalición Izquierda Unida —que transmutaba su perfil desde la izquierda comunista, tradicional y materialista hasta un nuevo discurso más pacifista, ecosocialista y ecofeminista, cosmopolita en la defensa del multiculturalismo a la vez que crítico con la integración (económica) europea—. Desde la década de los años noventa se han ido reactivando los conflictos culturales en España, siendo la primera legislatura del presidente Rodríguez Zapatero (2004-2008) especialmente intensa en este sentido tras la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica, la Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres o el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo, además de reformas en el plano educativo y en la regulación del aborto (Álvarez-Benavides y Jiménez Aguilar, 2021). De igual forma, en el año 2005 se procedió a realizar una regularización masiva de inmigrantes y un año más tarde tuvo lugar la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña. La contestación a esta agenda progresista por parte de los sectores más conservadores de la derecha española, incluyendo a la Conferencia Episcopal y a otros grupos ultracatólicos como HazteOir, sembró la semilla del programa contrarrevolucionario de Vox, que nació para oponerse a la supuesta asimilación cultural que estaba sufriendo una derecha mainstream excesivamente tibia con el proyecto transformador de Rodríguez Zapatero (Álvarez-Benavides y Jiménez Aguilar, 2021). En consecuencia, la salida de los dirigentes de Vox del Partido Popular se produce por desacuerdos en la estrategia adoptada en temas de índole moral y cultural, una reacción contra el auge de los movimientos antiespañoles ante la aparente pasividad de Mariano Rajoy, pero nunca se manifestó una incompatibilidad de programas económicos (Garrido Rubia, Martínez Rodríguez y Mora Rodríguez, 2022). El nacimiento de Vox se asemejaba a una búsqueda espiritual de las esencias perdidas de la derecha española.

Desde 2018, España cuenta en su mapa político con Vox, un partido de derecha radical nacionalista y tradicionalista, fácilmente ubicable en el polo TAN (véase el gráfico 2). Sin embargo, no existe aún un gran partido verde como antagonista directo en el eje cultural. Podemos, en sus inicios, buscó superar los «intereses materiales de clase» para construir un sujeto hegemónico popular y transversal (Franzé, 2017), aunque su discurso también reflejaba el malestar económico generado por la crisis. Con el tiempo, la izquierda heredera del 15M abandonó el populismo y retomó el eje izquierda-derecha, enfocándose en temas posmaterialistas como el feminismo y los derechos de las minorías. Simultáneamente, Vox se presentó como alternativa a lo woke —término inicialmente empleado por el movimiento Black Lives Matter y más tarde usado de forma despectiva por la derecha radical para criticar a los movimientos «marxistas culturales» que defienden una mayor representación y protección para las minorías raciales y sexuales (López Bunyasi y Watts Smith, 2019; Davies y MacRae, 2023)— y a la corrección política, ante el avance de estos valores GAL que estaban disputando la hegemonía social (Galais y Pérez-Rajó, 2023).

El antifeminismo, la crítica a la «ideología de género», el nativismo, el ataque al independentismo y la defensa del catolicismo como núcleo de la identidad nacional se han convertido en ejes centrales de la reacción conservadora frente al avance cultural de la Nueva Izquierda en España. Estos elementos son clave en las batallas culturales actuales, expresadas en dicotomías como «comunismo vs. libertad» (popularizada por Isabel Díaz Ayuso en las elecciones autonómicas de Madrid en 2021) o en figuras recientes como el presidente argentino Javier Milei. En ambos casos se da una interesante imbricación del programa económico ultraliberal y de la propuesta cultural ultraconservadora, devolviéndonos al escepticismo inicial respecto a la bidimensionalidad del eje ideológico en los países del sur de Europa.

3. Hipótesis y objetivos

Asentado el contexto y el marco teórico, el objetivo principal de esta investigación es analizar cómo se posicionan los españoles en relación con algunos temas clave asociados a la dimensión GAL/TAN e identificar las variables que determinan esos posicionamientos. Adicionalmente, se busca comprender cómo esos posicionamientos influyen en los niveles de polarización afectiva mostrados hacia los partidos políticos.

En primer lugar, se realizará una descripción general sobre cómo se posicionan los españoles en algunos temas clave asociados a la dimensión GAL/TAN, disponibles en la encuesta cuyos datos han sido utilizados. Los temas tratados exponen diferentes posiciones en torno a la política feminista, el ecologismo, la inmigración y la violencia de género. Se busca describir los posicionamientos en términos agregados y según diferentes grupos de entrevistados, considerando variables sociodemográficas como el sexo, la edad, la ocupación y el nivel de estudios, así como predisposiciones políticas como la ideología y la simpatía o voto hacia diferentes partidos. En segundo lugar, se buscará identificar qué variables influyen significativamente en los posicionamientos de los encuestados en relación al eje GAL/TAN. Finalmente, se analizará qué temas propios de la tensión GAL/TAN tienen un mayor impacto en la polarización afectiva individual.

Asociado a estos objetivos, se formula el sistema de hipótesis que se busca corroborar:

H1: Los posicionamientos en torno a los temas asociados a la dimensión GAL/TAN varían significativamente en función de la autoubicación ideológica del individuo en la escala izquierda-derecha y de la simpatía o el voto hacia diferentes partidos políticos.

H2: Existe una brecha notable en los posicionamientos GAL/TAN según el sexo y los grupos etarios. Las mujeres y los jóvenes tienden a adoptar posturas más progresistas (GAL), mientras que los hombres y las personas de mayor edad muestran una mayor propensión hacia posturas conservadoras (TAN).

H3: El posicionamiento en los extremos de la dimensión GAL/TAN impacta significativamente en la polarización afectiva de base partidista. Entre los diferentes temas analizados, se espera que las actitudes polarizadas hacia el feminismo y la inmigración contribuyan en mayor medida a intensificar la polarización afectiva, mientras que las posturas sobre el medio ambiente y la violencia de género, debido a su mayor capacidad para generar consenso social, tendrían un menor impacto en dicha polarización.

4. Metodología

Se emplea como fuente de datos la II Encuesta Nacional de Polarización Política realizada por el Grupo Especial de Investigación CEMOP de la Universidad de Murcia. Se realizaron un total de 1.236 entrevistas telefónicas3 (sistema CATI) entre el 25 de abril y el 18 de mayo de 2022 a una muestra representativa de la población española mayor de 18 años.

Considerando la fuente de datos, cabe concluir que este trabajo tiene un enfoque estrictamente cuantitativo, realizándose primero un breve análisis descriptivo que expone la distribución de las principales variables explotadas y más tarde, se procede a un análisis bivariado y multivariante que permite la consecución de los objetivos definidos y el contraste de las hipótesis planteadas. Más concretamente, se despliega una técnica de regresión logística binaria y una de regresión lineal múltiple.

La regresión logística binaria nos permite explicar qué factores influyen o favorecen los posicionamientos TAN, respecto a los posicionamientos que podríamos denominar GAL, en función de una serie de variables independientes como la autoubicación ideológica (medida en escala 1 «izquierda» a 10 «derecha»), la intención de voto o simpatía hacia PP, PSOE, Unidas Podemos o Vox, la edad recodificada en tramos (18-30, 31-44, 45-64, 65 y más años), el sexo, el nivel de estudios (ordinal) y la ocupación (trabaja vs. resto de categorías). Respecto a la variable dependiente, se ha construido un índice agregado a partir de los cuatro temas analizados. Como las cuatro variables de posicionamiento en torno a temas se han medido a través de preguntas de escala 0 a 10, donde el 0 representa una postura totalmente progresista (GAL) y el 10 una totalmente conservadora (TAN), se ha procedido en primer lugar a calcular el promedio y posteriormente a binarizar el resultado, tomando el valor 0 para aquellos individuos con una puntuación en la escala compuesta menor o igual a 5, y tomando el valor 1 cuando la puntuación se encuentra entre 5,1 y 10. El resto de casos se han excluido del análisis. Pese a que esta recodificación nos permite distinguir a los individuos posicionados en ambas dimensiones, se pierde cierta información relativa a la intensidad de ese posicionamiento. Si bien nuestro objetivo no es diferenciar a los individuos con posiciones más moderadas de aquellos con posiciones más extremas en las dos dimensiones —por lo que no resulta posible mantener la escala original—, debe advertirse que los resultados expuestos se derivan de una agrupación de individuos con diferentes intensidades actitudinales dentro de una misma categoría, dando prioridad al objetivo de diferenciarles en su posicionamiento dimensional general por encima de estimar su mayor o menor extremismo.

Respecto a la regresión lineal múltiple, las variables de escala en los temas GAL/TAN son variables independientes explicativas introducidas al modelo en forma dummy (toman el valor 1 cuando el entrevistado se ubica en posiciones extremas 0-2 y 8-10, y 0 en el resto de casos en el índice agregado). Se incorporan como variables de control a este modelo, la autoubicación ideológica y los sentimientos hacia los cuatro principales partidos, medidos por un termómetro de 0 «rechazo» a 10 «adhesión». Respecto a la variable dependiente, está configurada por el nivel de polarización afectiva tomando como referencia de evaluación a los partidos y calculado usando la fórmula DIPA (Crespo, Mora y Rojo, 2024), en la que, tras la definición de la afiliación de los individuos a un grupo partidista mediante su intención de voto o simpatía, se realiza la suma de las diferencias absolutas entre la puntuación dada en el termómetro de sentimientos a su partido (endogrupo) y las otorgadas al resto de partidos (exogrupos). Dada la definición del indicador, solo se calcula esta regresión para los electores con intención de voto o simpatía hacia PSOE, PP, Unidas Podemos o Vox.

Finalmente, en lo relativo a la operacionalización de los temas GAL/TAN, las escalas de posicionamiento temático incorporadas en la encuesta de referencia se redactaron de la siguiente forma:

Como se puede observar, aunque la operacionalización se limita a un número reducido de temas específicos, se cubren, al menos de manera parcial, los principales ejes de confrontación sociocultural que se han desarrollado en España en los últimos años y que han articulado buena parte de la competición política, además de haber sido temas centrales en la formación de las preferencias hacia los nuevos partidos políticos.

5. Resultados

5.1. ¿Cómo se posicionan los españoles en la dimensión GAL/TAN?

La tabla 1 presenta un análisis descriptivo del posicionamiento de los españoles en las diversas temáticas asociadas al eje GAL/TAN, mostrando la media, la desviación típica y el número de respuestas válidas para cada una de las cuestiones evaluadas. Los resultados indican, en promedio, posturas ligeramente inclinadas hacia el polo GAL, pero en algunos casos con una alta desviación típica que nos advierte de una distribución dispersa de las respuestas que da como resultado una media de equilibrio relativo entre posturas progresistas y tradicionalistas. En concreto, la media de 4,57 en la escala de necesidad de políticas feministas por la desigualdad de género persistente sugiere una leve inclinación hacia una postura que reconoce la necesidad de dichas políticas, si bien la alta desviación típica (3,10) adelanta la divergencia existente en torno a este tema. La política migratoria también muestra un promedio de 4,56, lo que sugiere que los españoles están moderadamente divididos entre una postura más abierta y una más restrictiva respecto a la inmigración. En cuanto al posicionamiento sobre la protección del medio ambiente frente a las necesidades económicas, la media de 4,24 indica una tendencia ligeramente mayor que en el caso anterior hacia las opiniones GAL o posmaterialistas. Finalmente, en la dimensión que evalúa la importancia de la violencia de género como problema público, la media de 1,74 y la baja desviación típica destaca una clara inclinación hacia el reconocimiento de la violencia de género como un problema serio que requiere atención por parte del Estado, lo que da cuenta de un consenso más fuerte en esta temática en comparación con las otras tres anteriormente abordadas. Este asunto está lejos de dividir a los ciudadanos y aquí sí existe un sentido compartido por segmentos muy diversos de la sociedad.

Tabla 1
Posicionamiento de los españoles en las dimensiones GAL/TAN

Media

Desviación típica

N válido

Necesidad de políticas feministas

4,57

3,10

1.226

Protección del medio ambiente

4,24

2,99

1.229

Política migratoria

4,56

2,79

1.228

Importancia de la violencia de género

1,74

2,59

1.228

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la II Encuesta Nacional de Polarización Política realizada por el Grupo CEMOP (2022).

Gráfico 3
Representación de la distribución de respuestas (%) en cada uno de los temas analizados dentro de la escala 0-10

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la II Encuesta Nacional de Polarización Política realizada por el Grupo CEMOP (2022).

Asimismo, el análisis de la tabla 2 muestra que el posicionamiento de los españoles en las dimensiones GAL/TAN está fuertemente relacionado con el sexo, la edad, la intención de voto o simpatía partidista, y la autoubicación en el eje izquierda-derecha, reflejando divisiones sociopolíticas significativas, coherentes con los hallazgos teóricos previos. Respecto al nivel de estudios, se observa una mayor tendencia al polo GAL a medida que aumenta el nivel educativo, excepto en los temas de inmigración y violencia de género, donde no hay diferencias relevantes. En cuanto a la ocupación, las diferencias entre categorías son menores y parecen estar mediadas por la edad.

Los contrastes son especialmente pronunciados entre los extremos ideológicos y entre los votantes de Vox y Unidas Podemos, con diferencias estadísticamente significativas con un nivel de confianza del 99%. Las mujeres, los jóvenes y quienes simpatizan con PSOE y Unidas Podemos o se identifican ideológicamente con la izquierda tienden a posicionarse claramente en el extremo GAL, mostrando un mayor apoyo a las políticas feministas, a la protección medioambiental, a las políticas migratorias abiertas y al reconocimiento de la violencia de género como un problema prioritario. En contraste, los hombres, las personas mayores, los votantes de PP y Vox o aquellos con una orientación ideológica conservadora se alinean en mayor medida con el extremo TAN, manifestando posturas mucho más tradicionalistas-materialistas-no libertarias en todos estos temas. Los votantes de Unidas Podemos, junto con aquellos identificados con la extrema izquierda (posiciones 1-2 en la escala ideológica), son los más propensos a ubicarse en el extremo GAL, mientras que los votantes de Vox y quienes se identifican con la extrema derecha (posiciones 9-10) muestran una clara tendencia hacia el extremo TAN. Este resultado constata que son los nuevos partidos los que reflejan de una forma más contundente el clivaje sociocultural, que es el que precisamente les permite diferenciarse dentro de su bloque y otorga sentido a su oferta.

Los contrastes presentes en la tabla 2 subrayan la polarización existente en España en torno a estos temas y apuntan al papel crucial de la identidad política y de las características sociodemográficas en la configuración de las actitudes de los ciudadanos en la dimensión GAL/TAN. A este respecto, es importante recalcar las divergencias que se producen entre los más jóvenes y los individuos de mayor edad, alertando de una brecha generacional que puede tener consecuencias para la construcción de consensos y la legitimidad de determinadas políticas públicas. Este conflicto entre generaciones como base de las batallas culturales y de la reacción cultural ya fue señalado por autores como Norris e Inglehart (2019), poniéndose de manifiesto cómo el reemplazo generacional promociona la adopción de nuevos valores al tiempo que coexisten otras cohortes no adaptadas a esas visiones. La convivencia de cohortes educadas y socializadas en órdenes morales disímiles intensifica la sensación de polarización.

Tabla 2
Posicionamiento de los españoles en las dimensiones GAL/TAN, según sexo, edad, intención de voto o simpatía, ideología, estudios y ocupación

Necesidad de políticas feministas por desigualdad de género persistente

Protección del medio ambiente vs. Economía

Política migratoria sin restricciones vs. fronteras cerradas a la inmigración

Importancia de la violencia de género como problema público vs. negación de la violencia de género

Media

DT

SE

Media

DT

SE

Media

DT

SE

Media

DT

SE

Sexo

Hombre

4,71

3,07

N.s

4,13

2,99

N.s

4,78

2,80

***

2,34

2,83

***

Mujer

4,45

3,13

4,34

2,98

4,36

2,76

1,19

2,21

Edad

18-30

4,12

3,04

***

3,67

2,62

***

3,54

2,56

***

1,51

2,18

N.s

31-44

4,17

2,98

3,88

2,75

4,65

2,54

1,77

2,42

45-64

4,92

3,13

4,20

3,05

4,84

2,79

1,76

2,65

65 y más

4,70

3,14

4,94

3,18

4,64

2,99

1,82

2,85

Intención de voto o simpatía

PP

5,62

2,71

***

5,05

2,69

***

5,61

2,36

***

2,31

2,84

***

PSOE

3,90

2,73

4,01

3,00

3,81

2,64

1,14

2,12

Vox

7,13

3,14

5,41

2,91

6,96

2,41

3,59

3,28

Unidas Podemos (incluye IU)

2,71

2,88

2,68

2,80

2,57

2,26

,75

1,43

Ideología

Izquierda

2,86

3,09

***

3,10

3,22

***

2,84

2,75

***

,57

1,49

***

Centro izquierda

3,57

2,64

3,57

2,51

3,66

2,27

1,17

1,80

Centro

5,05

2,74

4,39

2,74

4,98

2,52

1,77

2,48

Centro derecha

6,13

2,82

5,32

2,62

6,20

2,28

3,23

3,05

Derecha

6,21

3,48

6,01

3,53

6,21

3,12

3,18

3,73

Estudios

Sin estudios

5,44

3,36

***

7,56

3,88

**

4,88

4,02

N.s

1,33

2,83

N.s

Primarios.

5,14

3,16

4,62

3,17

4,98

3,13

1,69

2,72

Secundarios (ESO terminada)

5,10

3,31

4,51

3,52

4,85

3,26

1,57

2,75

Secundarios (Bachillerato terminado)

4,96

3,03

4,19

2,94

4,60

2,76

1,91

2,61

Formación Profesional.

4,76

2,86

4,14

2,75

4,67

2,74

1,74

2,50

Estudios universitarios.

4,07

3,14

4,14

2,98

4,33

2,62

1,72

2,57

Ocupación

Trabaja

4,55

3,11

N.s

4,02

2,84

***

4,54

2,73

N.s

1,75

2,53

N.s

Resto

4,61

3,09

4,54

3,16

4,58

2,86

1,74

2,66

SE: Significatividad estadística

Nota 1: *** p < 0,01; ** p < 0,05; N.s.: No significativo. Nota 2: Para el contraste bivariado, se utilizó la prueba t cuando la variable independiente era dicotómica y ANOVA cuando era multicotómica.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la II Encuesta Nacional de Polarización Política realizada por el Grupo CEMOP (2022).

El análisis de correlaciones bivariadas en la tabla 3 coincide con los resultados previos sobre «voto+simpatía» en la dimensión GAL/TAN, confirmando la polarización entre simpatizantes de diferentes partidos. Los electores más identificados con Vox se ubican en el extremo TAN, con fuertes asociaciones, especialmente en política migratoria y feminista, temas clave para este partido. En contraste, los que muestran sentimientos positivos hacia Unidas Podemos y el PSOE se alinean con el extremo GAL, con Unidas Podemos mostrando mayor intensidad y ambos registrando correlaciones negativas significativas en las mismas políticas.

Tabla 3
Correlación entre los sentimientos hacia los principales partidos y las dimensiones GAL/TAN

Necesidad de políticas feministas por desigualdad de género persistente

Protección del medio ambiente vs. Economía

Política migratoria sin restricciones vs. fronteras cerradas a la inmigración

Importancia de la violencia de género como problema público vs. negación de la violencia de género

PSOE

Correlación de Pearson

-,269

-,095

-,260

-,186

Sig. (bilateral)

,000

,001

,000

,000

N

1203

1205

1203

1203

PP

Correlación de Pearson

,210

,204

,236

,177

Sig. (bilateral)

,000

,000

,000

,000

N

1205

1206

1205

1205

Vox

Correlación de Pearson

,379

,241

,423

,327

Sig. (bilateral)

,000

,000

,000

,000

N

1204

1206

1204

1204

Unidas Podemos

Correlación de Pearson

-,384

-,248

-,364

-,216

Sig. (bilateral)

,000

,000

,000

,000

N

1200

1202

1200

1200

Nota 1: Los sentimientos hacia los partidos se miden en un termómetro de 0 «rechazo y antipatía» a 10 «simpatía y adhesión».

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la II Encuesta Nacional de Polarización Política, realizada por el Grupo CEMOP (2022).

Quienes se sienten identificados con el PP también se inclinan hacia el extremo TAN, aunque de manera menos pronunciada que los electores cercanos a Vox. En suma, estos datos nos permiten advertir nuevamente cómo el eje GAL/TAN refleja con especial vigor la arena de competición de los nuevos partidos, representantes dentro de sus bloques ideológicos de posturas más alternativas o desafiantes en términos de hegemonía social. A su vez, los partidos tradicionales presentan una vinculación menos fuerte con la división GAL/TAN, si bien esto no les impide alinearse nítidamente en torno a la misma de acuerdo a su posición en el espectro izquierda-derecha. Por último, la relevancia demostrada por el feminismo y la inmigración advierten del potencial polarizante de estos temas, frente al tímido impacto del ecologismo —que en nuestro país sigue sin estar plenamente politizado ni provocar enfrentamientos notables— o de la violencia de género —un subtema del ideario feminista respecto al que sí parece haber mayor consenso—.

5.2. ¿Qué factores favorecen el posicionamiento en el eje GAL/TAN?

La regresión logística binaria llevada a cabo, cuyos resultados se pueden observar en la tabla 4, confirma que el posicionamiento en la dimensión GAL/TAN entre los españoles está significativamente influenciado por diferentes variables sociodemográficas y políticas. En particular, las variables de «Voto + simpatía», autoubicación ideológica y sexo son las que tienen mayor peso en la determinación de la posición en los polos de este eje. El conflicto cultural refleja y se alinea, pues, con otro tipo de clivajes políticos o sociales, al mismo tiempo que puede profundizarlos.

Como se adelantó en los análisis bivariados previos, los votantes de Vox tienden a alinearse fuertemente con el extremo TAN, mientras que los votantes de Unidas Podemos y del PSOE se posicionan significativamente más hacia el extremo GAL, en comparación con los votantes del PP. Además, la ideología política también muestra un impacto claro: aquellos más a la izquierda tienden a posicionarse más hacia el extremo GAL, mientras que los que se identifican con una ideología de derechas se ubican más en el extremo TAN. Las posiciones GAL/TAN están profundamente vinculadas con la lógica general izquierda-derecha, de tal forma que la semántica izquierda-derecha puede reflejar con precisión el conflicto GAL/TAN, que no es una dimensión superadora, sino complementaria o renovadora. Este hallazgo puede deberse bien a que las personas priman el campo moral-cultural a la hora de autodefinir su identidad ideológica, bien a que —como advertían García Sanz, Llamazares y Manrique García (2018)— la dimensión ideológica general, la económica y la cultural presentan una alta correlación en España, siendo reducido el porcentaje de individuos que efectivamente presenta posicionamientos bidimensionales no alineados.

Como se mencionó con anterioridad, el sexo es un factor clave para predecir opiniones en el eje GAL/TAN, con las mujeres menos propensas a ubicarse en el extremo TAN que los hombres. Dado que el feminismo es uno de los temas con mayores divisiones partidistas, no sería exagerado afirmar que el sexo se está consolidando como una variable con notable influencia en las actitudes políticas, e incluso podría considerarse un nuevo clivaje. La edad también influye, ya que los mayores de 65 años tienden más al extremo TAN. En cambio, el nivel de estudios y la ocupación no tienen un impacto significativo en esta dimensión. La escasa influencia del nivel educativo resulta un hallazgo novedoso respecto al consenso académico existente. Los valores de los ciudadanos españoles en torno a los temas de sustrato cultural no parecen estar influenciados por una mayor ilustración, sofisticación o estatus, sino esencialmente por la época en la que se produjo su socialización política, así como por su identidad sexual. Al menos, eso muestran los resultados cuando se controla el efecto del nivel educativo por el resto de variables. La batalla cultural en España puede ser analizada fácilmente desde las coordenadas ideológicas clásicas, con los dos partidos desafiantes como protagonistas más claros de los paradigmas morales en conflicto, y con el sexo y el contraste entre las generaciones de mayor edad y las más jóvenes logrando predecir significativamente los valores de los individuos en estos asuntos. No obstante, la capacidad explicativa global del modelo es del 32,7%, lo que sugiere que hay otras variables no consideradas que ayudarían a dilucidar el posicionamiento de los individuos en la dimensión GAL/TAN. Nuevas investigaciones deben contribuir a completar estos modelos esbozados para lograr una mayor comprensión del fenómeno.

Tabla 4
Factores que inciden en el posicionamiento en la dimensión GAL/TAN

B

E.T y sig.

Exp(B)

Sexo

-0,509

(0,192) ***

0,601

Edad

N.s

31-44

0,416

(0,384) N.s

1,516

45-64

0,546

(0,654) N.s

1,727

65 y más

0,766

(0,415) *

2,152

Ideología

0,150

(0,051) ***

1,162

Voto+simpatía

***

PSOE

-1,011

(,285) ***

0,364

Vox

1,071

(,237) ***

2,917

Unidas Podemos

-1,893

(,514) ***

0,151

Estudios

-0,043

(0,056) N.s

0,958

Ocupación

0,135

(0,264) N.s

1,145

Constante

-1,347

(0,666) **

0,267

R cuadrado de Nagelkerke

0,327

Chi cuadrado

197,188 ***

% global pronosticado

78

Nota 1:*** Significativo al nivel del 99%; ** Significativo al nivel del 95%; * Significativo al nivel del 90%; N.s.: No significativo. Nota 2: En Voto+simpatía la referencia es PP y en Edad la referencia es el grupo de 18 a 30 años.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la II Encuesta Nacional de Polarización Política realizada por el Grupo CEMOP (2022).

Gráfico 4
Gráfico de coeficientes del modelo de regresión logística binaria sobre los factores que inciden en el posicionamiento en la dimensión GAL/TAN

Nota: Odds Ratios con Intervalos de Confianza de los resultados de la Tabla 4. La referencia en edad es el grupo de 18-30 años, frente a 31-44 (2), 45-64 (3) y 65 y más años (4). La referencia en Votosimp es PP, frente a PSOE (2), Vox (3) y Unidas Podemos (4).

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la II Encuesta Nacional de Polarización Política realizada por el Grupo CEMOP (2022).

5.3. ¿Influye el posicionamiento en las dimensiones GAL/TAN en la polarización afectiva de los españoles?

Una vez que conocemos qué factores determinan las posturas dentro del eje GAL/TAN, conviene ir un paso más allá y saber si, como otros autores han detectado, también se evidencia un impacto directo de estos asuntos culturales sobre los niveles de polarización afectiva. El análisis de la regresión lineal múltiple presentado en la tabla 5 revela que el posicionamiento extremo en las temáticas GAL/TAN relacionadas con el feminismo y la inmigración ayuda a explicar la polarización afectiva hacia los partidos en España (H3), controlado por el efecto de las predisposiciones políticas (adhesión/rechazo a partidos e ideología), que como cabía esperar desempeñan un papel crucial en la explicación del fenómeno.

Las posiciones sobre el feminismo presentan el mayor coeficiente, siendo uno de los epicentros de las tensiones afectivo-culturales en el país. Las actitudes extremas en este tema incrementan significativamente la polarización afectiva partidista. Tanto el feminismo como las posturas sobre inmigración son altamente divisivas, generando enfrentamientos y hostilidad interpartidista, y contraponen sistemas morales. En cuanto a las variables de control, la adhesión a Vox y al PSOE resulta decisiva, especialmente con Vox. A más adhesión hacia la derecha radical, más polarización afectiva. La identidad partidista hacia la derecha radical favorece los sesgos de favoritismo endogrupal y rechazo exogrupal. Además, cuanto más a la derecha se ubica un individuo, mayor es su polarización afectiva, lo que resulta coherente con el coeficiente que muestra el termómetro de sentimientos hacia Vox.

No obstante, el modelo explica solo un 10,7% de la variabilidad del indicador DIPA de polarización afectiva, lo que implica la existencia de otros factores no considerados en este análisis que también contribuyen significativamente al fenómeno. En todo caso, estos resultados subrayan que la batalla cultural en torno al feminismo y a la inmigración y la presencia de posiciones extremas en el eje GAL/TAN en estas cuestiones, controlando por el efecto de las predisposiciones políticas, son decisivas a la hora de comprender la intensificación de la polarización afectiva de base partidista. Con estos resultados, no solo es posible aumentar la evidencia disponible sobre el impacto de las temáticas culturales en el clima de polarización, sino que cabe pensar cómo, a medida que estos asuntos ocupen un mayor protagonismo en la agenda política del país, sería previsible que se observara acto seguido un incremento de la polarización afectiva. Si se desea lo contrario, es decir, despolarizar y contribuir a rebajar los niveles de tensión emocional, los partidos deberían renunciar a convertir estos temas —demostradamente sensibles— en eje permanente de confrontación. En la misma línea, cabe hipotetizar hasta qué punto la situación de hostilidad que se vive en la actualidad no se deriva de una excesiva apuesta por este tipo de temas. Las agendas, los temas, importan. Cuando su naturaleza es eminentemente moral, simbólica o identitaria es más probable que exacerben el conflicto intergrupal.

Tabla 5
Influencia de los temas GAL/TAN en la polarización afectiva a partidos políticos

Coeficientes no estandarizados

Coeficientes tipificados

Sig.

B

Error típ.

Beta

Necesidad de políticas feministas por desigualdad de género persistente

1,915

,503

,136

***

Protección del medio ambiente vs. Economía

,606

,509

,043

N.s

Política migratoria sin restricciones vs. fronteras cerradas a la inmigración

1,209

,520

,084

**

Importancia de la violencia de género como problema público vs. negación de la violencia de género

,659

,586

,041

N.s

Adhesión/rechazo PSOE

,337

,105

,150

***

Adhesión/rechazo PP

,002

,101

,001

N.s

Adhesión/rechazo Vox

,449

,098

,225

***

Adhesión/rechazo Unidas Podemos

,063

,109

,028

N.s

Ideología

,378

,136

,141

***

(Constante)

6,766

1,043

***

R cuadrado

,107

ANOVA

F=10,478***

Nota:*** Significativo al nivel del 99%; ** Significativo al nivel del 95%; N.s.: No significativo.

Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la II Encuesta Nacional de Polarización Política, realizada por el Grupo CEMOP (2022).

6. Conclusiones

A lo largo de esta investigación hemos podido constatar qué variables influyen en el posicionamiento de los ciudadanos dentro de la dimensión GAL/TAN en España. La identidad partidista y la autoubicación ideológica en el eje izquierda-derecha se confirman como predictores destacados, lo que nos permite concluir que el posicionamiento en torno a los temas culturales no muestra incongruencias con la escala ideológica clásica y cuestiona la perspectiva analítica bidimensional. Precisamente es un rasgo de las sociedades polarizadas la alineación consistente de diferentes identidades en torno a una única mega-identidad, eliminando contradicciones o lealtades cruzadas capaces de reducir la sensación de contraste intergrupal (Torcal, 2023). Asimismo, la importancia de la edad y del sexo abre una reflexión sobre hasta qué punto las batallas culturales en España se desarrollan esencialmente en forma de conflicto entre generaciones y entre sexos. Especialmente interesante resulta la asociación de las mujeres con el polo GAL, pues permite percibir la preconfiguración de un clivaje político basado en la identidad sexual, cuya existencia se refuerza por la importancia del feminismo en la estructuración de los afectos hacia los partidos.

Por último, queda probada la influencia de las actitudes extremas en torno al feminismo y a la inmigración en los niveles de polarización afectiva. Los temas importan. Concretamente, el posicionamiento en los extremos de la escala GAL/TAN en estos dos asuntos constituye un factor de potenciación del grado de polarización afectiva del individuo, algo que no sucede ni cuando se analizan los valores ecologistas ni en el caso de la violencia de género. Estos dos temas, aunque también se sitúan dentro de la tensión GAL/TAN, parecen más transversales y menos susceptibles de politización (emocionalmente) conflictiva. A pesar de que los debates posmaterialistas no han sido tan importantes en España como en las democracias escandinavas o en Alemania, resulta difícil comprender el actual panorama político sin incorporar el eje GAL/TAN a nuestro aparato analítico. De igual forma, podemos afirmar que el contenido de la agenda política es decisivo a la hora de comprender por qué estamos polarizados, y que es esperable que un mayor protagonismo de los debates feministas o del fenómeno migratorio ahonde el clima de polarización afectiva.

Futuras investigaciones deberán ampliar la lista de temas considerados para la medición de la dimensión GAL/TAN, incluyendo aspectos como la memoria histórica, el aborto, los derechos de los transexuales, los modelos educativos o el animalismo, entre otros. Asimismo, queda pendiente una comparación simultánea de los efectos de las actitudes extremas en materia económica frente a las actitudes extremas en el campo cultural, lo que permitirá corroborar si, al considerar otro tipo de temas, persiste el impacto autónomo de los asuntos culturales.

7. Financiación

Los autores agradecen la financiación recibida por parte de la Fundación Séneca-Agencia de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia a través del proyecto competitivo ref. n.º 21876/PI/22. José Miguel Rojo agradece la financiación recibida para su contrato predoctoral FPU por parte del Programa Estatal para la Promoción del Talento y su Empleabilidad (FPU20/01033). Alejandro Soler Contreras agradece la financiación recibida para su contrato predoctoral FPU por parte del Plan Propio de la UMU.

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Alberto Mora Rodríguez

Profesor permanente de Ciencia Política en la Universidad de Murcia, donde también coordina el Máster en Análisis Político Aplicado. Es especialista en investigación social aplicada y análisis de datos por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Es director técnico del Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (CEMOP), editor de la revista Más Poder Local e investigador de la Cátedra y Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Murcia. De 2012 a 2021, fue secretario general de la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales (ALICE).

José Miguel Rojo Martínez

Contratado predoctoral FPU en la Universidad de Murcia. Ha sido becario de posgrado en el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Forma parte como investigador del Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública (CEMOP) y de la Cátedra y Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Murcia.

Alejandro Soler Contreras

Contratado predoctoral FPU por la Universidad de Murcia. Ha sido becario de posgrado en el CIS. Forma parte como investigador del Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública y de la Cátedra y Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Murcia.


Notas